Poco tiempo después de iniciar las actividades
parroquiales en el nuevo templo, y siendo párroco el p. Carlos, se formó el
primer Consejo Parroquial, para poner en práctica lo promulgado por el
Concilio Vaticano II: dar mayor participación de los laicos en las tareas
pastorales.
Esta experiencia duró muy poco
tiempo, ya que, al parecer, todavía no existía la madurez suficiente y no había
una preparación específica para asumir estas tareas de una corresponsabilidad.
Con el paso de los años y la
cada vez mayor participación de los laicos en las distintas actividades
parroquiales, en el año 1983, siendo párroco el p. Justo, se volvió a formar
en nuestra parroquia el Consejo Parroquial, que ha seguido funcionando
ininterrumpidamente hasta nuestros días.
El Consejo está formado por los
sacerdotes de la parroquia y por un miembro de cada grupo, elegido por todos
los miembros que componen el mismo, procurando que estén representadas
personas de todas las edades, para que a la hora de tomar decisiones o elevar
propuestas se escuche la opinión de los más jóvenes y de los más mayores.
Las reuniones del Consejo
tienen lugar una vez al mes, en sesión ordinaria, y, si surge algún tema
urgente, siempre que sea necesario.
Desde el año 1994, en reunión
previa al Consejo, dos o tres miembros, junto con el párroco, preparan los
asuntos a tratar, recogiendo las sugerencias o propuestas de los feligreses
para trasladarlas después a la sesión mensual.
El Consejo Pastoral Parroquial
tiene como objetivo principal la programación, animación, coordinación y
revisión de la acción pastoral en el ámbito de la parroquia. Su preocupación
fundamental será la de comprobar que la comunidad parroquial sea cada vez más
fiel a las exigencias del Evangelio.
Las funciones más importantes
del Consejo son:
q Analizar en todos sus aspectos la realidad de
la comunidad parroquial y del pueblo que esta ha de evangelizar y buscar las
respuestas pastorales más adecuadas.
q Impulsarla realización de las tareas programadas,
animar la colaboración del mayor número de cristianos, recoger sus iniciativas
y discernir sobre la conveniencia de realizarlas.
q Elaborar cada año, al inicio del curso, con
la aportación de todos los grupos parroquiales, el plan pastoral de la
parroquia y concretar el calendario, así como las mediaciones para llevarlo a
cabo.
q Coordinar el trabajo eclesial de todos los
grupos parroquiales y animar su misión evangelizadora.
q Revisar, al final del curso, la acción
pastoral realizada y el cumplimiento del plan pastoral de la parroquia,
teniendo en cuenta los objetivos de la diócesis y la programación del
arciprestazgo.
Al iniciar el curso 1995-96 se
hizo una renovación de los miembros del Consejo, ya que la mayoría llevaban
desde sus comienzos, permaneciendo los que tenían una antigüedad de 2 ó 3
años.
Dentro del Consejo existe una
Junta Económica que, como su nombre indica, se ocupa de todo lo relativo a la
economía de la parroquia, imprescindible sobre todo, desde que existe la
autofinanciación de la Iglesia. Esta Junta presenta al Consejo anualmente el balance
de gastos e ingresos y después lo pone a disposición de todos los feligreses
para que cada uno compruebe lo que se hace con el dinero que aporta a la
Iglesia.
¡Adhiérete a la financiación!
¡La parroquia es de todos!
Como se puede comprobar, el
Consejo Parroquial es un órgano compuesto, principalmente, por seglares,
totalmente abierto, de acogida de sugerencias e ideas para el mejor funcionamiento
de toda la comunidad parroquial.